Mascota del poder jamás

Un texto que escribimos para el aniversario del intento de femimagnicidio de Cristina Kirchner.

Es un díptico listo para imprimir doble faz.

Hace un año, el 1° de septiembre de 2022, nos horrorizamos viendo las imágenes de lo que podría haber sido una tragedia inimaginable. Ese día, la agitación al odio y la violencia política llegaron a su punto más alto con el intento de femimagnicidio contra Cristina.

Por suerte la tragedia no ocurrió, pero sí la producción de violencia infinita en nuestro imaginario de lo que pudo haber sido. A Cristina la tocaron. Y con ese atentado siniestro se cruzó un límite de lo posible, en el que el cuerpo social mismo se vio vulnerado. Y acá estamos, a un año de ese quiebre y con ella viva, pero atravesadxs por  la impunidad  y la falta de repudio generalizado.

Nos preguntamos qué es cuidar, lejos de roles paternalistas así como de la clásica feminización de dicha tarea. Pero aún así, la pregunta persiste: ¿cómo la cuidamos? ¿cómo nos cuidamos?. Entre ella y nosotrxs está el ida y vuelta deseante por una realidad vivible. El hilo de la vida que resiste con fuerza y que también puede ablandarse, emocionarse, tenderse nuevamente en este tejido roto.

Cristina lo expuso y hoy, ante el avance de la derecha neofascista, lo reafirmamos: la justicia argentina da “licencia social” para atentar contra su vida. Y sin embargo ella no apela a la narrativa de la víctima ni pide que se la cuide, no necesita protección desde ese lugar en el que se quiere poner a las mujeres como personas indefensas, sino que redobla la apuesta, denuncia la PROSCRIPCIÓN y el jaqueo a la democracia que implica este desate de violencia impune.

También nos dijo “no vienen por mí, vienen por ustedes”, cuando nos pidió que protegiéramos los derechos que habíamos conseguido y que hoy aparecen en videos virales de tik tok como papelitos arrancados de una pizarra en el prime time televisivo.

No queremos vivir en una Argentina de persecución y de silenciamiento. Exijamos  a todos los sectores la reconstrucción del pacto democrático y seamos partícipes de una defensa conjunta. Podemos y queremos vivir mejor, en una sociedad donde no peligren nuestros modos de vida, deseos y acciones, donde no se pulvericen nuestras condiciones materiales de existencia.

Estamos cumpliendo 40 años de la vuelta de la democracia, y en ese contexto atravesamos un proceso electoral que es clave para nuestro porvenir. El futuro está en disputa, porque ningunx de nosotrxs estará bien mientras haya hambre, persecución y empobrecimiento. No queremos volver a los 90’, no queremos el retiro del Estado en pos de un gobierno de mercado ni la represión feroz de nuestras existencias. Por eso creemos que Massa es nuestro piso para defender lo conquistado y construir lo que realmente sí queremos.

Este es un llamado a afectarnos y a recuperar la potencia política del malestar para crear movimientos y a comprender, más que nunca, que la felicidad que queremos solo puede ser colectiva.  

Queremos mucho más que esto
Que nuestros sueños quepan en estas urnas
PARA QUE REINE EN EL PUEBLO EL AMOR Y LA IGUALDAD